El CAI entregó el Premio Pre Ingeniería

Un grupo representando a la UTN de Neuquén obtuvo el primer puesto, con un proyecto que convierte plásticos desechados en combustibles.

 

Por 17° año, el Centro Argentino de Ingenieros realizó la entrega del Premio Pre Ingeniería, que tiene como meta  estimular a estudiantes interesados en la problemática de la Ingeniería y la tecnología, a través del desarrollo de la innovación.

 

Este año, el proyecto ganador se basó en un plan para convertir el plástico que la gente desecha en combustibles derivados del petróleo, diseñado por de Gabriel Cerda, Raúl Espinoza, Daiana Lizarrondo, Gabriela Shell y Daniela Vázquez, representantes de la UTN de Neuquén. Detrás del grupo ganador, el segundo lugar fue para un proyecto de silo bolsa inteligente ideado por Mardín Eduardo Cordasco y Andrés Ulises Mickelsen (de UADE). Por otra parte, el tercer puesto fue compartido entre los proyectos presentados por la dupla Sergio David García-Sebastián Rivero Equiza (representantes del ITBA, su idea se relaciona a la nanotecnología sustentable aplicada a la remediación ambiental) y Gonzalo Damián De Amicis (de la Universidad Nacional de Tucumán que desarrolló el diseño de un coprocesador de imágenes utilizando redes neuronales convulsionales). Además de sus proyectos, los otros finalistas que llegaron al coloquio fueron los de Greco Coppi (ITBA), Luis Iglesias Seoane-Mauro Marchese-Gonzalo Posadas (Facultad de Ingeniería UBA), Pablo Cavatalo (Facultad de Ingeniería – Universidad de la Marina Mercante), Mariel Contreras (Facultad de Ciencias Exactas-Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires) y Camila Méndez-Rodolfo Barreira (Facultad de Ingeniería y Ciencias Exactas UADE).
Luego del proceso de selección de trabajos, llegó el día de la presentación de coloquios: el lunes 7 de noviembre fue la fecha durante la cual los diez proyectos seleccionados fueron expuestos a lo largo de la jornada en la sede del Centro Argentino de Ingenieros. Allí, el Ingeniero Nicolás Gallo, Presidente de la Comisión de Premios y Becas del CAI, estuvo a cargo de la jornada y señaló, ante los autores finalistas, que “el jurado estuvo deliberando más de lo pensado porque queríamos lograr coincidencias entre los cuatro miembros. Y hemos coincidido en que hemos visto un coloquio fenomenal, de una calidad excepcional en las presentaciones y que muestra un costado de la Argentina que debería verse a lo largo y ancho del país, que tiene a la juventud profesional compenetrada en los problemas y el desarrollo de soluciones prácticas. Si esta impronta se replica en toda la Argentina tenemos un futuro muy promisorio para todo el país”. A su lado, Horacio Cristiani afirmó que “el premio Pre Ingeniería tiene el valor de la instituciones que la entregan, por el prestigio que tienen esas instituciones. Y el Centro Argentino de Ingenieros lo tiene, como todo los que formamos parte del CAI, que es la casa de los Ingenieros. Por eso este premio tiene el valor de la institución que lo otorga”.

 

Daniela Vázquez (25 años), integrante del equipo ganador, valoró la oportunidad ofrecida por el Centro Argentino de Ingenieros, señalando que “destacamos la importancia que le da el CAI a los futuros Ingenieros… Pudimos conocer a gente de otros lugares del país con proyectos muy buenos. Es importante la interacción, nos vamos con una sensación muy linda, le agradecemos mucho al CAI por esta oportunidad: este premio es un gran respaldo, pero a la vez un compromiso porque sabemos que contamos con el nombre del CAI detrás nuestro”. Gabriel Cerda (25) y Raúl Espinoza (26), se encargaron de explicar los detalles de su proyecto: “Tomamos el plástico desechado de los hogares (politetileno de alta densidad o botellas –PET-), lo fundimos, lo llevamos a temperatura de crakeo (390 / 400 grados) y así se rompe la molécula, obteniendo moléculas más pequeñas de hidrocarburos, como naftas, gasoil. Tenemos una planta piloto donde hacemos la reacción de crackeo, luego los vapores pasan a un intercambiador de calor (un condensador que trabaja con agua de red), se enfrían los vapores, los que no se condensan pasan y van a un separador bifásico que separa los condesables (líquidos) y no condensables (gases: metano, etano, propano). El líquido se almacena y se destila: de él se puede conseguir nafta o gasoil”.

 

Gabriela Shell (34), por su parte, explicó que “llevamos más de un año y medio trabajando. Esta premiación en el CAI nos deja muchos desafíos por delante, porque tuvimos buenos resultados muy pronto… Vamos a seguir investigando, porque el 85% del consumo de energía en el país tiene que ver con los hidrocarburos. Ahora, entre las energías renovables, planteamos la aparición de nuestro proyecto: basada en el reciclado de plásticos puede generar un círculo virtuoso”. A su lado, Daiana Lizarrondo señaló que “para nosotros es muy importante haber participado y ganado. Es la primera vez que nuestra facultad participa. La satisfacción es enorme. Además es premiar el esfuerzo que hicimos desde el año pasado. Hemos trabajado mucho: muchas horas de teoría y práctica”.

 

Como valoración de la nueva edición del Premio Pre Ingeniería, Nicolás Gallo asumió que “el primer premio es para un trabajo en equipo, un muy lindo trabajo, con una alta calidad de presentación y al mismo tiempo de un futuro realmente importante. Como representantes del CAI, estamos orgullos de premiar un trabajo que al mismo tiempo de incorporar un componente energético nuevo al país resuelve un problema ambiental serio, como es el tratamiento de los plásticos”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: CAI